El oídio es una de las enfermedades más conocidas y relevantes en los cultivos hortícolas del sur de España.

La enfermedad es causada por hongos de distintas especies tales como Erysiphe, Podosphaera, Oidium, Leveillula. Estos hongos son biotróficos, es decir, se alimentan de células vegetales vivas y apenas sobreviven en ausencia de cultivos vivos.

Características generales del hongo

El ciclo de vida del oídio empieza con la germinación de los conidios sobre las plantas susceptibles. Después, el hongo crece formando las hifas que le permitirán colonizar la superficie de las hojas y otras partes de la planta.

Los conidios son la principal vía de dispersión. Se propagan por el viento, al igual que las ascosporas. Por lo general, este tipo de hongos no son muy resistentes al agua, debido a lo cual la lluvia limita la epidemia, y la dispersión de esporas por parte de la lluvia es insignificante, ya que las esporas explotan al contacto con el agua durante tan solo unas horas.

Las esporas de oídio, tanto las ascosporas como los conidios, no necesitan nutrientes o agua para su germinación. Las condiciones óptimas para su desarrollo son: HR 70%, 10 ºC<Tª<35 ºC.

Una humedad relativa (HR) alta fomenta la germinación de las esporas, pero inhibe su producción, por lo que el efecto neto de la HR es muy pequeño. El viento y la sequía en invernaderos promueve la enfermedad. En invernaderos, la dispersión de esporas en pequeñas distancias suele producirse a través de la ropa de los trabajadores.

Síntomas y daños

En cuanto a la sintomatología, se pueden observar tanto en el haz como en el envés de las hojas, unas manchas pulverulentas de color blanco (de ahí que se conozca también con el nombre de ceniza) que se van extendiendo rápidamente hasta cubrir toda la superficie foliar, pecíolos e incluso tallos.

Estas manchas reducen la tasa fotosintética de las hojas y si no se frena la enfermedad, las hojas se necrosan, las plantas se debilitan y tendremos mermas de producción.

Micelio blanquecino de oídio en hojas de tomate

 

¿Cómo prevenir esta enfermedad? Desde Unicom te recomendamos lo siguiente:

  • Uso de variedades resistentes: hay diversas variedades resistentes a este hongo, en Unicom te recomendamos cuál es la que se adapta mejor a tu ciclo de cultivo.
  • Control químico: cuando se detecta presencia del hongo en nuestro cultivo deben aplicarse fungicidas sistémicos para eliminar las pústulas presentes en la planta. Se deben utilizar productos autorizados por el Ministerio, considerando los efectos residuales, es decir el tiempo que el fungicida permanece activo después de su aplicación, así como también el período de carencia, durante el cual el producto no puede ser consumido.

Una opción muy útil es combinar una estrategia química con otra biológica, para así poder evitar posibles problemas de resistencias cruzadas.

  • Control cultural: para el control del oídio debe realizarse un monitoreo permanente. Todos los restos de cultivo afectado deben eliminarse para bajar la carga de inóculos o esporas capaces de provocar la enfermedad.

Autor: Juan Antonio Hernández Muñoz